Syberia 3 Análisis

Syberia 3 Análisis

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Ya han pasado casi 13 años desde saliera la secuela del primer Syberia de Benoît Sokal, Syberia 2, y conquistara a los fans de todo el mundo. Es una espera demasiado larga para la tercera parte, sobre todo si tenemos en cuenta el gran final de suspense de la anterior entrega. Todo este tiempo ha dividido a los fans en dos bandos. Hay quienes, como se les ha hecho esperar tanto, sus expectativas aumentaron cada año y por lo tanto esperan una producción de nueva generación al más alto nivel. Por otro lado, están los que se contentarían con una aventura que calme sus ansias de nostalgia y que suponga algo parecido a los dos juegos anteriores. Pues bien, puede que Siberia 3 no vaya a gustar a los primeros, ya que el último juego de Benoît Sokal, pudo haber salido perfectamente en 2005. Algo tanto positivo como negativo.

Syberia 3 comienza después de la despedida de Hans Vogelberg a lomos de un mamut y tras la muerte de Oscar. Muchos fans de Syberia consideran que el segundo juego dejó muchas preguntas sin contestar y nos tememos que no hallarás demasiadas respuestas en Syberia 3. Después de un breve vídeo a modo de introducción, que nos explica que unos youkols salvaron a Kate Walker de una muerte segura, te despiertas en una cama de hospital (aunque en realidad se parece más a una sala de torturas y no a un centro de salud). Uno de los youkols que rescató a la señorita Walker está sentado a su lado, atado a una silla de ruedas que parece que sacaron de Hostel, con una pierna recién amputada. Se presenta como Kurk, líder de su pueblo, y se encuentra bien, a pesar de las circunstancias. No obstante, Kurk debe reunirse con su gente, que lo están esperando en una aldea cercana, tan pronto como sea posible. Después de todo, este paciente cojo es el elegido y su única misión en la vida es llevar a su pueblo y a los avestruces de nieve a nuevos pastos.

El primer objetivo de los jugadores es salir de la habitación, conseguir una prótesis para Kurk y dirigirse hacia pastos más verdes montados en un avestruz. Por desgracia, aunque era de esperar, no se encuentran exactamente en un hospital normal y corriente. Parece que los militares rusos han asumido el control de la instalación y Kate Walker rápidamente se convierte en un objetivo.

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Syberian 3 tiene algo que lo diferencia mucho de sus antecesores ya que no es realmente un juego estándar de point-and-click. Mientras que en los títulos anteriores controlabas a Kate indirectamente haciendo point-and-clic a los sitios a los que quisieras que fuese, ahora se controla usando WASD en el teclado (una adaptación que ha servido para introducir el mando en las consolas). Lleva un rato acostumbrarse al esquema de control y, aunque te acostumbres, sigue siendo algo muy rígido. Como la cámara utiliza posiciones fijas y cambian constantemente (piensa en los primeros Resident Evil), a veces es difícil conseguir controlar a Kate, y diríamos que en general es mejor jugar con un mando, aunque puedes terminarte el juego con teclado. Aparte de mover al personaje, puedes, por supuesto, toquetear y jugar con los objetos, y los menús se aprenden a utilizar muy rápidamente.

El argumento es bastante interesante y te mantiene inmerso en la historia. Además, los puzles son desafiantes y producen cierta nostalgia. Dicho esto, tenemos que mencionar una serie de problemas. Para empezar, no hay suficientes puzles. Lo descubrimos a mitad de camino, pero cuando nos dimos cuenta nos molestó bastante. En realidad, dedicas la mayor parte del tiempo a encontrar las distintas piezas de los puzles y no a resolverlos, algo que resulta ciertamente frustrante. Los entornos son demasiado “abiertos” para poder centrarse principalmente en la búsqueda de objetos y resulta muy fácil pasar por alto las cosas que necesitamos para poder avanzar en la historia.

Lo peor es que a veces tienes que hablar con un individuo una o más veces antes de que puedas interactuar con los objetos clave, así que incluso si estás completamente seguro de lo que necesitas para resolver un puzle y estás justo enfrente al objeto, no podrás cogerlo y progresar en la historia hasta que hayas hablado con la persona adecuada una vez o, incluso, varias veces. Nos pasó con demasiada frecuencia el no poder coger un ítem para que, horas después, accidentalmente acabar desbloqueándolo tras una conversación aparentemente

Syberia 3 no es una obra maestra técnica, el acabado visual no es para nada espectacular y las voces de doblaje suenan muy forzadas. Dicho esto, el fan podrá disfrutar de una amplia gama de escenarios, resolverá puzles divertidos y experimentará una trama argumental emocionante, todo acompañado de las melodías de una banda sonora de nada más y nada menos que Inon Zur. Es obvio que Syberia 3 es un juego para aquellos que buscan saciar la sed de aventuras de la vieja escuela, y pensamos que muchos seguidores disfrutarán de esta entrega, siempre que puedan ignorar su presentación tan anticuada. Aquellos que esperaban una secuela de grandes valores de producción y renovada para los tiempos que corren se van a llevar una desilusión muy grande.

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