Review – Bloodstained: Ritual of the Night

Review – Bloodstained: Ritual of the Night

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Iga no nos falló

Review Bloodstained Ritual of the NightLas dudas eran abundantes. ¿Será que Koji Igarashi podrá sacar adelante un proyecto estando solo y fuera del resguardo de Konami? ¿se estrellará igual que Keiji Inafune y su olvidable Mighty No.9? ¿qué tal que nuestro amado Iga solo era un rostro y no el verdadero talento detrás de Castlevania? Estos y muchos otros cuestionamiento giraban alrededor de mi cabeza, mismos que se vieron reforzados luego de probar un par de versiones preliminares del llamado verdadero sucesor de Castlevania. Cinco años han pasado desde que la campaña en Kickstarter arrancó y alcanzó su meta sin problemas, tiempo en el que por supuesto, han sucedido muchísimas cosas como el brillante estreno del propio Bloodstained: Curse of the Moon que Inti Creates desarrolló de manera tan fina. Ahora ha llegado el momento de la verdad ¿será que Bloodstained: Ritual of the Night ha logrado sobrevivir a las altísimas expectativas que muchos tenían?

La respuesta corta a la pregunta que te presenté al final del párrafo anterior es un limpio sí. Me alegra comunicarte que Koji Igarashi no nos falló y al final, ratificó que su mente fue la responsable de la creación de una verdadera leyenda del medio como lo es Castlevania: Symphony of the Night, juego que junto con Super Metroid, forjaron al subgénero conocido como Metroidvania que fácilmente, podemos decir que es el más influyente entre la escena independiente, al punto de que para algunos de nosotros, existe una sobre población de este tipo de propuestas que empieza a cansar. Desde que lo vimos a la distancia y ahora que está entre nosotros, Bloodstained: Ritual of the Night no tiene ningún miedo de decir de dónde viene y en qué está basado, pues desde su historia, arte y música, hasta su propia estructura y mecánicas como juego, despiden toda la esencia de esta serie que Konami tiene guardada en un baúl. 

La furia del oprimido 

El ADN de los Castlevania de Igarashi se respira en cada uno de los rincones de Bloodstained: Ritual of the Night, juego que nos presenta una historia sumamente similar a la que se ha venido contando a lo largo de la legendaria saga, esto claro, dándole su propio sabor y añadiéndole elementos de narrativa un tanto más complejos que sin duda alguna ayudan a que el relato sea mucho más interesante. Al igual que vimos en Curse of the Moon, acá tenemos personajes bastante más profundos a lo que normalmente vemos en este tipo de juegos, teniendo intenciones muy marcadas para hacer lo que hacen, y bastantes matices entre lo que podríamos decir que es bueno o malo.

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La historia de Bloodstained: Ritual of the Night se ubica a inicios del siglo XIX, unos años después de los eventos que vimos en Curse of the Moon. Gebel ha destruido casi por completo al Guild que lo creó y que originalmente había invocado a un ejército de demonios para castigar a la humanidad por su falta de fe en la religión que estos alquimistas controlaban. Al ya no sentirse humano ni parte de este mundo, el antagonista decide dar una solución final para arrasar con el mundo, trayendo de las tinieblas un misterioso castillo que de una vez por todas acabará con la raza humana. ¿Les suena todo esto?

Justo aquí entramos nosotros al interpretar a Miriam, una Shardbinder usada como catalizador por el Guild para llamar a las fuerzas demoniacas que azotan a la humanidad. Cansada de solo ser utilizada como un objeto, nuestra heroína se embarca en una aventura para intentar salvar al mundo de Gebel y además, demostrar que a pesar de todas las afectaciones que su cuerpo y mente han sufrido gracias a estos cristales mágicos que le otorgan poderes especiales, en ella aún queda verdadera humanidad.

Sí, la premisa de Bloodstained: Ritual of the Night es muy, muy parecida a la que hemos visto en varios juegos de Castlevania, sin embargo, te diría que su desarrollo es bastante más interesante, sobre todo si tuviste la oportunidad de disfrutar Curse of the Moon. No es como que sea absolutamente esencial haber jugado este título para entender la historia, no obstante, sí te diría que la conexión entre ambos juegos es bastante más fuerte de lo que esperaba, pues constantemente los personajes con los que jugamos dicha aventura, hacen acto de presencia para presentarte sus nuevos objetivos e intenciones. Es sumamente disfrutable ver lo que ahora están haciendo Zangetsu o Alfred y cómo es que Miriam interactúa con ellos. 

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El verdadero sabor de la narrativa de Bloodstained: Ritual of the Night es que no tenemos personajes totalmente buenos o totalmente malos, ni siquiera es que como que pertenezcan a una facción y le sean fiel hasta la muerte a una causa. Tanto nuevos, como viejos rostros, te dejarán claro que sus intenciones normalmente están impulsadas por metas personales más que por un bien común o ese tipo de romanticismos que solemos ver en las historias de los videojuegos. En más de una ocasión, la propia Miriam se cuestiona a sí misma por el lugar que está ocupando en todo esto. Quedé bastante sorprendido al ver que el equipo de Igarashi invirtió tantos recursos en presentarnos una historia que estuviera tan bien contada y que además, abriera de manera importante el lore de esta franquicia que esperemos, pueda seguir adelante.

Variedad por todos lados

A pesar de que en todos sus juegos, Koji Igarashi suele tomarse su tiempo para contarnos una buena historia que nos ponga en el “mood” y ambientación adecuada, la realidad es que la verdadera estrella de sus obras es la jugabilidad. Symphony of the Night no hubiera sido ni la mitad de importante de lo que es ahora si no fuera un título al que en cuanto le pones las manos encima, no quieres soltar por un muy buen rato. Me parece que justo en este punto era en donde más dudas había sobre Bloodstained: Ritual of the Night, pues muchos de nosotros no estábamos seguros de que en medio de toda esta modernidad, el ex productor de Konami pudiera encontrar cómo hacer que su título se sintiera y fluyera como lo había logrado en el pasado.

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El combate en Bloodstained: Ritual of the Night lo es prácticamente todo. Miriam es una habilidosa peleadora que le podrá sacar provecho a todas las armas que tenemos a nuestra disposición, las cuales, al mezclarlas con las mecánicas de los Shards y claro, con una inmensa variedad de enemigos, te da como resultado un juego de acción en dos dimensiones que por su propio núcleo como videojuego, podría salir adelante incluso dejando de lado toda su fabulosa estructura y diseño de niveles del cual te hablaré un poco más adelante. Para que todo este asunto pudiera brillar de la manera correcta, ArtPlay desarrolló un preciso y sobre todo, muy responsivo control que se siente exageradamente bien desde el primer minuto de juego.

Lo primero que notarás en cuanto comienzas a mover a Miriam, es que tienes a un personaje ligero y muy rápido, pero también a uno frágil que no resistirá demasiadas agresiones enemigas. Apretar el botón de ataque principal y ver en pantalla reflejada nuestra acción en una mínima fracción de segundo es algo verdaderamente placentero. Además de dicho movimiento, nuestra protagonista puede hacer una barrida para atacar la zona inferior de los enemigos o colarse en recovecos de los escenarios. De igual forma, su peso y salto se sienten naturales, lo cual es sumamente importante para algo como Bloodstained: Ritual of the Night, pues sumadas a sus mecánicas de acción controlada en dos dimensiones, tenemos muchas secciones de platforming que le dan un gran ritmo a toda la experiencia.

La variedad de armas que tendrás a tu disposición es sumamente amplia y versátil. Es muy interesante la forma en la que ArtPlay construyó las mecánicas de cada herramienta que tendrás a la mano para darle su propia personalidad. Por ejemplo, solo entre las espadas, existen diferentes tipos que te dan distintos alcances y que su peso, afecta su estadística de acción, pues para Miriam, no es lo mismo manejar una espada corta, que una pesada Claymore. Además, tenemos que algunas de ellas cuentan con efectos mágicos, como cierta espada que puedes lanzar en una línea horizontal perfecta pero que a su regreso a nuestras manos, forma una parábola a manera de boomerang que también hace daño a cualquier demonio que toca. Pistolas con sus diferentes tipos de municiones, hachas, lanzas y mucho más, será lo que tendrás entre tus opciones para combatir a las fuerzas del infierno.

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Lo divertido que es encontrar una nueva arma en Bloodstained: Ritual of the Night para ver cómo que funciona y si es que se adaptará a tu forma de juego, solo ve igualado por la también enorme variedad de enemigos que ves conforme vas explorando el enorme mapa abierto. Hombres lobo, demonios con alas, hadas asesinas, cuadros embrujados, cerdos que vuelan, cabezas de perro, ratas gigantes, murciélagos y harpías entre muchos otros, serán algunas de las amenazas con las que tendrás que lidiar en tu camino. Es importante mencionar que cada uno de estos seres cuenta con su propio patrón y forma de ataque, es decir, no solo son diferentes en la parte estética. De igual forma, puedes esperar una buena cantidad de jefes y subjefes a los cuales enfrentarás en duelos verdaderamente épicos que creo, han quedado para la posteridad y que seguro, serán tema de conversación.

Un detalle que me parece importante mencionar es que las armas y shards que encuentras, aparecen de manera aleatoria. No estoy seguro de si el equipo que encuentras en cofres y lugares secretos funcione así, pero lo que un enemigo llega a tirar, se produce por medio de un algoritmo al azar.

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Bloodstained: Ritual of the Night no solo es un complejo juego de acción con muchísimas variantes gracias a todos los tipos de armamento y poderes que se ponen en la mesa para que acabemos con la también enorme variedad de enemigos que harán todo lo posible para eliminarnos, también es un emocionante platformer en el que deberás de tener mucho cuidado sobre en dónde pisas para poder salir adelante. El nuevo juego de Igarashi es uno en el que si le quitas todo lo de encima como arte, gráficas, música y ambientación, aún así te queda un título sumamente disfrutable y que deja claro que desde su concepción, se tuvieron claros cuáles serían los objetivos a cumplir en materia de gameplay.

Una pizca de RPG

Tres años después de que Super Metroid hiciera retumbar al medio entero, Konami tomó la determinación de darle un giro a la fórmula clásica de Castlevania, colocando al frente del nuevo proyecto a Koji Igarashi, quien además, tomó la riesgosa decisión de hacer un juego 2D en tiempos en los que parecía, la única manera de que una súper producción pudiera salir adelante, era usando novedosas gráficas en tres dimensiones. Así, un 20 de marzo de 1997, el PlayStation le dio a conocer al mundo Castlevania: Symphony of the Night, juego que tomaba las bases y fundamentos del último juego de Samus, para combinarlas con ideas propias y otros elementos que lo hicieron sentir como una experiencia marcadamente más robusta y que al final, fue la cereza en el pastel para acuñar el término “Metroidvania”.

Una de las cosas más importantes que Symphony of the Night usó en su momento para tener una personalidad mucho más propia, fue la manera en la que integró elementos de RPG en su fórmula y sistema de progresión. Bloodstained: Ritual of the Night hace lo propio al permitirnos que cada determinado tiempo y gracias a la experiencia que ganamos matando enemigos, Miriam pueda subir de nivel para que cosas como su defensa, ataque o suerte, aumenten sus capacidades. Por su parte, cada arma y ataque que hacemos, genera cierta cantidad de daño, incluso hay poderes elementales que son más efectivos contra cierto tipo de demonio.

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Lo anterior me lleva a contarte de otra de las capas del gameplay de Bloodstained: Ritual of the Night. Como te decía, Miriam es una Shardbinder, o sea que tiene la habilidad de absorber cristales mágicos que le otorgan todo tipo de poderes pasivos y activos. Por ejemplo, usando el gatillo derecho y el análogo del mismo lado, puedes usar diferentes poderes como lanzar fuego o rayos en cualquier dirección. Otro poder de la protagonista es el de invocar a demonios que hayas derrotado para que luchen a tu lado por unos segundos. Todos estos poderes consumen Magic Points que se ven reflejados en una barra debajo de nuestra salud. 

Otra forma en la que sientes progreso es a través de los cristales con poderes pasivos. Fiel al género al que pertenece, ciertas áreas del mapa no serán accesibles hasta que Miriam consiga el o los poderes necesarios, como dar un doble salto por ejemplo. Vale la pena mencionar que tu barra de salud y MP, solo aumenta cuando encuentras ítems especiales, es decir, no es a través de subir de nivel, es encontrando esos “energy tanks”. Los stats de Miriam también pueden ser modificados con diferentes partes de equipo y accesorios que encuentras muy a la RPG clásico.

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Como seguro ya te estás imaginando, la cantidad de variaciones y estilos de combate que puedes tomar en Bloodstained: Ritual of the Night gracias a cómo es que vas mezclando los Shards con todo el equipo que Miriam lleva, es verdaderamente grande y claro, le añade un sabor muy especial a la experiencia. No te preocupes si esto te suena abrumador o muy complicado, pues el juego cuenta con interfaces claras y muy bien diseñadas que facilitan enormemente el acceso a todas estas opciones.

Metroidvania 

Como te decía al inicio de esta reseña, podríamos asegurar con toda certeza que al menos en la escena independiente, queda claro que Metroid y Castlevania fueron las sagas que más impacto tuvieron en la actual generación de desarrolladores, pues prácticamente a diario, vemos alguna nueva forma interpretar al subgénero conocido como “Metroidvania”. El legado de Symphony of the Night y de los primeros Metroid es inigualable, por lo que se esperaba que Igarashi, siendo uno de sus autores originales, reinterpretara a toda a esta fórmula y estilo de una sensacional manera. Sí, Bloodstained: Ritual of the Night es una cátedra de cómo es que deben de funcionar estas experiencias, y un golpe de humildad a todos aquellos que consideran que cualquiera puede hacerles tributo.

En caso de que no estés tan familiarizado con los Metroidvania, te cuento que son juegos mayormente en dos dimensiones en los que tienes que explorar diferentes áreas que están interconectadas por pasillos y cuartos. Lo interesante de esta forma de diseño es que a pesar de que podría parecer que podemos ir a cualquier parte desde el inicio, los niveles del juego están construidos para que ciertas de sus áreas no puedan ser accedas por el jugador hasta que tenga cierto poder o habilidad. Esto genera que tengamos que estar revisitando viejos lugares para encontrar más rutas y secretos pues en efecto, la cantidad de cosas escondidas es bastante importante.

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El problema con la gran mayoría de los Metroidvania indie que uno ve inundando las principales tiendas de venta digital de videojuegos, es que simplemente no fluyen. El crear escenarios que estén tan íntimamente relacionados es una tarea compleja que por malas decisiones, puede generar una experiencia tediosa y con falta de ritmo. El backtracking o hacer que un jugador tenga que volver a lugares que ya visitó, es un proceso bastante delicado en el que el diseñador debe de tener en cuenta un montón de cosas. Bloodstained: Ritual of the Night es un título que fluye perfectamente bien y que sin que nosotros nos demos cuenta, nos va conduciendo por sus intrincados laberintos para que alcancemos nuestros objetivos pues vale la pena decirlo, sin usar indicadores o demasiadas pistas, el juego va marcando tu camino de forma orgánica.

Otro punto sumamente importante dentro del subgénero y que claro, Bloodstained: Ritual of the Night hace sensacionalmente bien, es premiar la exploración. Seguro que si has jugado títulos con esta estructura, sabrás que una de las reglas es siempre buscar el camino incorrecto. Lo que quiero decir con esto es que todo el tiempo debes de estar buscando rutas alternas que casi siempre te llevan a encontrar secretos, desde una parte de equipo o armamento que no tenías, hasta un atajo que te hará la vida más simple en el futuro. Ese sentimiento de finalmente llegar a un save room es una constante, pues también estamos frente a un juego que suele ponerse complicado, más si no llevas pociones suficientes contigo.

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Me sigue resultando fascinante pasar unos 40 ó 50 minutos explorando un área de Bloodstained: Ritual of the Night y de la nada, darme cuenta del lugar en el que terminé. La integración de las áreas del juego es limpia y hace todo el sentido del mundo. Cada sección y cada cuarto está caprichosamente colocado a mano para cumplir con su cometido específico que haga brillar a la experiencia que estamos teniendo. A pesar de todo esto, diría que uno de los puntos más altos del juego se da cuando notas la forma tan dinámica con la que fluye el título y el gran ritmo que tiene combinando todas sus mecánicas y conceptos. Igarashi ha demostrado que a pesar de los años que pasó sin trabajar en algo del estilo, él es el que en realidad conoce cómo es que funciona este negocio.

El aprovechamiento de espacio, locación de secretos, posicionamiento de enemigos y obstáculos, así como una excelente distribución de todo lo que vemos en pantalla no fue casualidad. Seguro recordarás que hace unos meses cuando se anunció el último retraso de Bloodstained: Ritual of the Night, Igarashi salió a decir que WayForward, expertos en juegos 2D, ayudaría a terminar el proyecto. La decisión del japonés de pedir la ayuda de estos desarrolladores americanos, fue total y completamente acertada. 

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Por cierto, completar la campaña principal de Bloodstained: Ritual of the Night (porque sí hay algunos side quests) te tomará alrededor de 12 horas, esto claro, dependiendo de tu experiencia con el lenguaje del género, y qué tanto quieras explorar antes de seguir avanzando con la historia. A mi me parece una duración bastante justa, más si tomas en cuenta que algo como Castlevania: Symphony of the Night, podía ser completado en unas nueve horas.

De un fabuloso arte y gráficas que…

Me parece que lo que Inti Creates hizo hace un año con Bloodstained: Curse of the Moon en términos gráficos y sonoros, fue fabuloso, pues además de que en la parte del gameplay capturó a la perfección lo que fue Castlevania III: Dracula’s Curse, de verdad te hacían sentir dentro de un juego de 8 Bits que estaba corriendo en un NES o en un Famicom. Si me lo preguntan, hubiera preferido mil veces que en Bloodstained: Ritual of the Night, ArtPlay se hubiera ido por pixel art, tal vez uno muy de 32 Bits como el de Symphony of the Night, sin embargo, al final se tomó la determinación de usar gráficas en 3D utilizando Unreal Engine como motor gráfico principal.

Creo que si pudiera cambiar algo de lo que es Bloodstained: Ritual of the Night sería su estilo gráfico. Ojo, no estoy hablando de dirección de arte, la cual, creo que es genial y terminó siendo lo que salvó al juego en el apartado visual. Yo hablo específicamente de gráficas, es decir, de la ejecución del arte conceptual en assets corriendo en tiempo real frente a nosotros. Me parece que el propio Unreal Engine no terminó de ser aprovechado del todo, pues llegas a ver modelos no tan bien logrados, texturas deslavadas y en general, colores que no deberían de verse tan apagados por momentos. Esto lo puedes tomar como una queja menor, pues no diría que estamos frente a un juego que se vea mal, solo de uno que pudo haber lucido mucho mejor. La atmósfera y ambiente están muy bien logrados, por cierto.

También es probable que notes animaciones no tan bien logradas, sobre todo en las cinemáticas, seguro producto de un presupuesto no tan grande. El diseño de Miriam me parece fabuloso al igual que el del resto de los personajes que conocemos en la historia, aunque me hubiera gustado que además de los accesorios que lleva en rostro y cabeza, las otras partes de equipo que encuentras, también hubieran afectado su aspecto físico.

De lado de la música no hay queja alguna, sino todo lo contrario. Te cuento que la legendaria Michiru Yamane, compositora que se hizo famosa justamente por su trabajo al lado de Igarashi en la serie de Castlevania, está de regreso con Bloodstained: Ritual of the Night para deleitarnos con una serie de nuevas melodías completamente a doc con el universo de esta franquicia. Grandes piezas con todo ese ritmo de triunfo y de que estamos en medio de una tarea épica, inundarán tus oídos en todo momento, contribuyendo enormemente en lo atmosférico que se puede poner el juego por momentos.

No podría decir que la presentación de Bloodstained: Ritual of the Night es impecable por el asunto de las gráficas que te cuento, no obstante, cosas como su dirección de arte, mezcla de audio que hace sentir sumamente visceral cada una de nuestras acciones y claro, todo el genio de alguien como Yamane en la parte musical, hacen que tengamos un hermoso producto frente a nosotros.

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Por si te lo preguntabas, Bloodstained: Ritual of the Night viene con muy bien logradas actuaciones de voz tanto en inglés, como en japonés. Es posible poner subtítulos y en general todo el texto del juego en español. Sobre el tema de bugs, la verdad es que encontré muy pocos, solo en una ocasión, el juego crasheó por completo y sí perdí unos minutos de progreso. Nada grave, pero sí un tanto molesto.

De manera adicional te apunto que para esta reseña jugamos la versión de PS4, la cual, luce bien a 1080p y un framerate mayormente estable. Se me ha preguntado por la versión de Switch, pero ésta se lanza este martes 25 de junio. Esperemos que no venga con problemas de desempeño o diluido en la parte visual.

Nada como el regreso de un grande

score-92No nos podemos quejar. Constantemente, la industria nos está sorprendiendo de una u otra manera, incluso de formas que se antojaban imposibles. Kickstarter es una plataforma llena de defectos y que maneja un modelo de negocio bastante cuestionable, sin embargo, tenemos que aceptar que sin ella, cosas del calibre de Bloodstained: Ritual of the Night jamás hubieran sido posibles. Koji Igarashi no solo superó el reto de hacer un nuevo Symphony of the Night en toda la extensión de la palabra, sino que tuvo el temple suficiente para que un proyecto que en más una ocasión se le estaba saliendo de las manos, pudiera tener ver la luz del día y tener un final feliz a la altura de lo que los más optimistas estaban esperando.

Sí, Bloodstained: Ritual of the Night pone muy pocas ideas nuevas sobre la mesa, lo que difícilmente lo podrían colocar como el siguiente paso del subgénero, pero me parece que lo que hace, lo hace de una manera tan destacada, que debería de ser tomado como el molde perfecto sobre la forma en la que este tipo de juegos deben funcionar. Bloodstained: Ritual of the Night es una cátedra de diseño de niveles e integración de mecánicas. Bloodstained: Ritual of the Night es la entrada perfecta para cualquiera que nunca haya saboreado un Metroidvania y a la vez, es una carta de amor a todos los que añorábamos el regreso de un grande como Koji Igarashi. Bloodstained: Ritual of the Night es de lo mejor que he jugado este año y es una recomendación automática para cualquiera. 

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