Dragon Ball Z: Kakarot – Análisis PlayStation 4

Dragon Ball Z: Kakarot – Análisis PlayStation 4

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Luz, Fuego, Destrucción…

El recorrido de la franquicia Dragon Ball en el género RPG es bastante remoto. Desde que Akira Toriyama estrenara su primer manga en la revista Shonen Jump en 1984 y su posterior emisión como serie televisiva en 1986, la franquicia prácticamente no ha parado de lanzar al mercado videojuegos bajo la marca, muchos del género RPG, de los que muchos de ellos no salieron de las fronteras japonesas.

Gracias de la compañía Bandai Namco y, gracias al trabajo de la desarrolladora, Cyber Connect 2, el pasado 17 de enero, llegaba al mercado una de las entregas de la franquicia que más expectación levantaba desde sus primeras imágenes en el pasado E3. Por fin una entrega del género RPG que prometía homenajear uno de los animes más famosos del mundo a través del tiempo, hablamos de Dragon Ball Z: Kakarot y precisamente de él os hablaré a continuación.

La increíble historia de las Bolas de Dragón

La aventura de Dragon Ball Z: Kakarot nos cuenta parte de los acontecimientos del manga de Akira Toriyama, Dragon Ball Z. La trama nos sitúa tras los acontecimientos del combate entre Goku y Satan Piccolo, justo cuando aparece la amenaza de los Saiyans del espacio exterior: Raditz; Nappa y el príncipe Vegeta, y finalizando tras la derrota del maléfico Majin Buu, antes realizando una parada en los acontecimientos del planeta Namek en la saga Freezer y combatiendo contra los androides del ejército Red Ribbon en la saga Célula.

Para los no conocedores de la serie, que me extraña que aún existan, Dragon Ball Z se divide en siete tramas principales: Saga Saiyans, Saga Freezer, Saga Garlick Jr., Saga Célula, Saga del Torneo del Mundo Inquieto y finalmente, la Saga Majin Buu. En el caso de Dragon Ball Z: Kakarot, experimenta la ausencia de dos de ellas, lo que reduce la extensión del videojuego respecto a la serie. Sin embargo, estoy seguro de que se irán añadiendo nuevos contenidos por medio de actualizaciones y DLCs típicos de la política de Bandai Namco, no descartando la llegada de algunas de estas dos ausencias.

Dragon Ball Z: Kakarot no nos cuenta en sí los acontecimientos de la serie televisiva de manera idéntica, en esta ocasión Bandai Namco ha dado un paso más allá y ha querido mostrar la cara desconocida de muchos de los protagonistas. Su desarrollo, de una manera más pausada, se toma el tiempo suficiente para que conozcamos detalles de la vida cotidiana de los Guerreros Z, mostrando momentos que nunca habíamos visto en la serie. Este detalle hace que el ritmo de juego tenga altibajos, dejando intermedios para realizar otras actividades sin ir directamente al grano.

No solo es una historia, hay mucho más

Si hay algo bueno en Dragon Ball Z: Kakarot es la cantidad de actividades que podemos realizar. Por un lado, tenemos la trama principal. Podemos seguir la línea argumental de principio a fin sin entretenernos demasiado, únicamente desviándonos un poco con el fin de realizar una especie de misiones llamadas intermedios. Se tratan de una especie de misiones secundarias que se nos asignan entre los acontecimientos importantes de la historia, como sacarnos el carnet de conducir o buscar materiales para construir la máquina de gravedad con la que Vegeta entrenaba en la Capsule Corporation entre otras. Sin embargo, aunque algunas son de lo más simpáticas y como ya dije, cuentan detalles que no conocíamos, no me cabe duda que estos se han añadido para engordar un poco más las horas de juego, siendo totalmente obligatorias si queremos seguir adelante en la trama principal.

También tenemos las típicas misiones secundarias. Completándolas se puede conseguir experiencia y objetos. Eso sí, me dio la sensación de que las misiones secundarias eran de relleno, un simple «y veme» sin trascendencia en el desarrollo de la aventura. Únicamente se podrán realizar en momentos determinados de la aventura, por lo que si vamos avanzando en la historia desaparecerán y nos quedaremos sin su correspondiente recompensa y subida de experiencia.

Orbes Z, monedas D y Bolas de Dragón

Pero esto no es todo, el mundo de Dragon Ball Z: Kakarot está dividido en distintas zonas que se van desbloqueando a medida que vamos avanzando en la historia, es bastante extenso y tiene un buen montón de actividades por realizar. También tenemos una gran libertad a la hora de explorar, ¿qué sería de la mítica serie sin sus toques de exploración? a lomos de la nube Kinton, usando la habilidad de volar, conduciendo o incluso cabalgando a lomos de un vehículo bípedo. Se puede explorar a nuestro antojo las zonas disponibles por donde se va desarrollando la aventura. Además, existen mini juegos muy simpáticos con los que conseguir experiencia y objetos, pescar, carreras contrarreloj e incluso jugar al béisbol son algunas de las disponibles.

Así mismo, explorar nos ayudará a conseguir orbes Z, de los que hablaré un poco más adelante, minerales, necesarios para desarrollar ciertas piezas de vehículos, monedas D, misiones secundarias y muchos, muchos secretos que aguardan en el mágico mundo de Dragon Ball.

El broche final de este apartado lo pone las Bolas de Dragón. En sí no es un objetivo de la aventura y están repartidas por el mapa del juego, pudiéndose encontrar gracias al radar del Dragón. Pienso que en la aventura no se les ha dado la importancia que se merecen, ya que no forman parte de la mecánica de juego durante la línea principal, sino que más bien aparecen como un minijuego más. Una vez reunidas nos conceden una serie de deseos, como recibir una numerosa cantidad de Orbes Z, Zenis, o la posibilidad de volver a luchar contra enemigos de la historia.

Un sistema de combate dinámico

He aquí posiblemente el apartado más polémico del videojuego. Muchos, relacionamos los videojuegos de Dragón Ball con el género de lucha (fighter) y antes de hacernos con él hay que tener muy claro que este no lo es. A priori podría decir que el sistema de combate tiene una consistente base de Dragon Ball Xenoverse 2, pero por eso no sería justo compararlo con ese videojuego siendo de distinto género. Dragon Ball Z: Kakarot tiene muchas virtudes y precisamente el combate, termina siendo una pieza fundamental de su jugabilidad. Sin embargo, aunque al principio a muchos nos parezca algo complicado, termina siendo bastante fácil de manejar, brindándonos combates de lo más épicos durante la aventura.

Los combates se desarrollan en tiempo real, desde una perspectiva de tercera persona en ambientes abiertos del mapa. Esto permite que los jugadores se puedan mover con total libertad y sin ninguna barrera que limite los movimientos, permitiéndonos escapar de la confrontación con solo alejarnos. Además, como en la serie original, los golpes y ataques destruyen todo lo que se encuentre a nuestro paso, mediante ataques de energía o lanzando al contrincante contra ellos, haciendo aún más espectacular este apartado.

Por otro lado, la distribución de botones es bastante sencilla. Los sticks analógicos se utilizan para desplazarnos y mover la cámara. La botonera frontal para lanzar ataques de Ki, cargarlo, esquivar o golpear. Los gatillos se han reservado para realizar los ataques especiales -si los combinamos con la botonera frontal-, bloqueos, esquivar, transformaciones y solicitar el apoyo de los otros personajes que tengamos en el grupo. La cruceta de selección está indicada para el uso de objetos durante los combates.

Además, los momentos más espectaculares del combate se han reservado para los finales espectaculares. Ya pudimos ver algo parecido en Dragón Ball FighterZ y ni más ni menos se trata del ataque definitivo llevado a cabo en solitario o con tus compañeros con los que pondremos fin a un combate.

Evolución, mejora de habilidades y mucho más

Llegado aquí aprovecho para abordar uno de los pilares del género, el desarrollo de personajes. Tal y como comento, al realizar ciertos tipos de actividades o combates se nos premia con experiencia, a lo que ayudará a subir el nivel del personaje. A priori no es algo demasiado determinante, pero sí a la hora de mejorar sus habilidades. Cada personaje tiene un árbol de habilidades que, a medida subamos el nivel, irá desbloqueado nuevas y más poderosas. Se podrán adquirir directamente mediante el canjeo de orbes Z; tenemos tres colores: rojo, azul y verde. Y otras, una vez desbloqueadas, debemos conseguirlas en las zonas de entrenamiento. Aparte de los superataques, en este apartado también se encuentran las habilidades de conocimiento, desbloqueables desde el árbol de habilidades, se asignan desde la paleta de habilidades.

Por otro lado, en el menú de juego tenemos el apartado reservado para los Tablones de Comunidades. Se trata de una serie de tablones en los que podemos situar los emblemas de alma que iremos recopilando a lo largo de la aventura. Los emblemas de alma son una serie de fichas de los personajes de la aventura con ciertas características divididas en comunidades, dependiendo del nivel de afinidad con cada una de ellas, tendremos que ir combinándolos para subir el rango. A medida que subamos niveles, ya sea mediante combinaciones o añadiendo nuevos emblemas, se pueden acceder a nuevas habilidades de la comunidad, surtiendo efectos beneficiosos en la aventura.

Un aspecto gráfico muy trabajado

Con respecto al apartado gráfico de Dragon Ball Z: Kakarot tengo que decir que es todo un deleite visual. Se nota que los chicos de Cyber Connect 2 se han dejado la piel en crear un videojuego lo más cercano posible a la serie original y lo han conseguido, aprovechando al máximo las características del motor gráfico Unreal Engine 4.

Como veréis, se ha realizado un excelente trabajo en cuanto a diseño de personajes y escenarios, dando la sensación de como si estuviéramos viendo la serie original remasterizada. Además, en muy pocas ocasiones he notado deficiencias en cuanto a diseño que, como digo, hay mucho trabajo detrás del videojuego. Se han cuidado todos los detalles, recreando perfectamente todos y cada uno de los aspectos de la serie original. Recorrer el mundo de Dragon Ball como nos ofrece este videojuego nunca había sido tan emocionante.

Así mismo, no me gustaría continuar esto sin hablar de las escenas cinematográficas, en tiempo real usando el motor gráfico y los combates, que por norma general rinden perfectamente. Las físicas están muy conseguidas y las cajas de colisiones se comportan perfectamente. La parte más espectacular de este apartado la pone las explosiones e iluminaciones, con sus efectos de partículas nos dejan en bandeja una espectacularidad pasmosa tanto en los combates como en los momentos importantes de la aventura.

Sin embargo, existe un problema importante en cuanto al rendimiento. Durante nuestro análisis experimentamos continuas congelaciones durante la partida, ya sea al entrar en combate o comenzar un evento. Apenas se trata de un segundo, pero se convierte en una sensación incómoda cuando se repite continuamente. Además, hay demasiadas interrupciones en la aventura debido al abuso de las pantallas de carga y sus excesivos tiempos de carga.

Actualmente Dragon Ball Z: Kakarot ha recibido la actualización 1.04 y por lo tanto, se han corregido errores de rendimiento y mejorado los tiempos de carga, pero aún, seguimos teniendo ese problema sin solucionar al completo.

Magistral en su apartado sonoro

Comenzando por el Opening y terminando por los efectos de sonido, y por supuesto, sin olvidarme del doblaje, disponibles en inglés y japonés, Dragon Ball Z: Kakarot hace del apartado sonoro algo realmente magistral. Y es que en todo momento aderezan la experiencia con melodías originales de la mítica saga, hasta tal punto de que consigue ponernos los pelos de punta en los momentos más emocionantes con temas como Cha-la Head Cha-la o el mismísimo We Gotta Power en pleno combate. Así mismo, los efectos de sonido durante el juego, se han extraído directamente de la serie, por lo que no tengo nada negativo que reprocharle.

El equipo de desarrollo ha contado con el doblaje original de la serie y eso le da un plus más de originalidad porque, como ya comenté en líneas anteriores, parece como si estuviéramos viendo los capítulos de la serie. Como opinión personal y buen fan de Dragon Ball recomiendo el doblaje en japonés. No obstante, hay momentos en los que el doblaje se ausenta, y sobre todo es cuando tenemos conversaciones que no pertenecen a la trama principal o durante las misiones secundarias.

Conclusión

No me cabe duda de que la franquicia Dragon Ball se merecía un título de estas magnitudes. Volver a disfrutar de un RPG, en el que los protagonistas son los Guerreros Z, ha sido toda una experiencia. Al margen de sus carencias, que como ya digo, no son pocas, sus virtudes decantan la balanza a la hora de tomar la decisión de hacernos con él.

Sin embargo, nos encontramos con una duración escasa, sus 27 horas aproximadamente que conforman su historia principal sin entretenernos demasiado en realizar misiones secundarias, termina por dejarnos con ganas de más. Eso solo tiene una explicación, y es que la aventura te atrapa de principio a fin sin darnos apenas cuenta de cómo vamos acumulando horas de juego. Solo podría poner una pega a este aspecto, y es que como ya nos tiene acostumbrados Bandai Namco y su política de contenidos extras, nos espera una buena remesa de DLCs con el objetivo de darle aún más contenido a este videojuego.

Nota: 8/10